Domingo 27 de abril de 2025

Primera lectura:  Hechos 5, 12-16

Salmo responsorial: 117

“Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia”

Segunda lectura: Apocalipsis 1,9-11

Evangelio: San Juan 20, 19-31

           Al anochecer de aquel día, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: paz a vosotros. Les enseñó las manos y el costado y los discípulos se llenaron de alegría. Jesús repitió: paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también les envío yo. Dicho esto, les exhaló su aliento y les dijo: recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados, a quienes se los retengáis les quedan retenidos. Tomás, uno de los doce no estaba con ellos. A los ocho días estaban dentro  los discípulos y Tomás con ellos: llegó Jesús, se puso en medio y dijo a Tomás: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: ¡Señor mío y Dios mío!

VIVIMOS EL EVANGELIO

           El domingo es el día del Señor, el día de la resurrección. Los evangelios atestiguan y subrayan que Jesús resucitó “el primer día de la semana”. Los discípulos experimentan una gran alegría al ver al Señor en medio de ellos. Entra también en sus corazones, cerrados por la duda y el miedo. El miedo atenaza e inmoviliza, lleva a cerrar puertas y ventanas. El miedo es un sentimiento prepascual, anclado en las inseguridades y en la muerte, de ahí que se reaccione cerrando puertas y ventanas y defendiendo actitudes de autodefensa. Muchas personas viven todavía antes de la Pascua.  El discípulo del “octavo día”, desconfiado, se quiere asegurar de lo que oye. Tomás es la imagen del hombre actual, que quiere ver para creer; y no solo ver, sino también tocar y palpar por si acaso se trata de una alucinación.  La fe es ver lo que no se ve, es caer de rodillas ante el Señor y sentirlo vivo y cercano. La alegría y la fe abren las puertas e impulsan a dar testimonio.
 
 
  

El texto póstumo del papa Francisco: “la muerte no es el final, sino el comienzo”

       El prólogo de un libro del cardenal arzobispo de Milán, Angelo Scola, que se ha publicado el 24 de abril, recoge una de las últimas reflexiones del papa Francisco sobre la vejez y la muerte. Francisco dejó una última reflexión escrita una semana antes de ser internado en Roma. “Si se vive la vejez como una gracia, también la vejez se convierte en una edad fecunda”, no hay que tener miedo a la vejez, no hay que tener miedo a abrazar el hecho de envejecer, porque la vida es la vida y endulzar la realidad es traicionar la verdad de las cosas, dirá el Pontífice.  Para Francisco es necesario “devolver el orgullo al término “viejo”, demasiado a menudo considerado malsano”, porque decir “viejo” no significa “tirar a la basura”, como a veces induce a pensar una cultura degradada del descarte. Decir “viejo”, en cambio, significa experiencia, sabiduría, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud… ¡Valores que nos hacen mucha falta! Es cierto que uo se hace viejo, pero ese no es el problema; el problema es cómo se hace viejo. Si vivimos este tiempo de la vida como una gracia, y no con resentimiento; si acogemos el tiempo en el que experimentamos la disminución de las fuerzas, el cansancio, los reflejos que ya no son iguales a los de la juventud, con sentimiento de gratitud y agradecimiento, pues bien, incluso la vejez se convierte en una edad de vida, verdaderamente fecunda y que puede irradiar el bien. Vida Nueva, abril 2025
 

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HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO DOMINGO DE RESURRECCIÓN

¡Cristo ha resucitado, está vivo! 

María Magdalena, al ver que la piedra del sepulcro había sido retirada, salió corriendo para avisárselo a Pedro y a Juan. También los dos discípulos, al recibir la desconcertante noticia, salieron y —dice el Evangelio— «corrían los dos juntos» (Jn 20,4). ¡Todos los protagonistas de los relatos pascuales corren! Y este “correr” expresa, por un lado, la preocupación de que se hubieran llevado el cuerpo del Señor; pero, por otro lado, la carrera de la Magdalena, de Pedro y de Juan manifiesta el deseo, el impulso del corazón, la actitud interior de quien se pone en búsqueda de Jesús. Él, de hecho, ha resucitado de entre los muertos y, por eso, ya no está en el sepulcro. Hay que buscarlo en otra parte.
Este es el anuncio de la Pascua: hay que buscarlo en otra parte. ¡Cristo ha resucitado, está vivo! La muerte no lo ha podido retener, ya no está envuelto en el sudario, y por tanto no se le puede encerrar en una bonita historia que contar, no se le puede reducir a un héroe del pasado ni pensar en Él como una estatua colocada en la sala de un museo. Al contrario, hay que buscarlo, y por eso no podemos quedarnos inmóviles. Debemos ponernos en movimiento, salir a buscarlo: buscarlo en la vida, buscarlo en el rostro de los hermanos, buscarlo en lo cotidiano, buscarlo en todas partes menos en aquel sepulcro.
Buscarlo siempre. Porque si ha resucitado de entre los muertos, entonces Él está presente en todas partes, habita entre nosotros, se esconde y se revela también hoy en las hermanas y los hermanos que encontramos en el camino, en las situaciones más anónimas e imprevisibles de nuestra vida. Él está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros.
Por eso la fe pascual, que nos abre al encuentro con el Señor Resucitado y nos dispone a acogerlo en nuestra vida, está lejos de ser una solución estática o un instalarse tranquilamente en alguna seguridad religiosa. Por el contrario, la Pascua nos impulsa al movimiento, nos empuja a correr como María Magdalena y como los discípulos; nos invita a tener ojos capaces de “ver más allá”, para descubrir a Jesús, el Viviente, como el Dios que se revela y que también hoy se hace presente, nos habla, nos precede y nos sorprende. Como María Magdalena, cada día podemos sentir que hemos perdido al Señor, pero cada día podemos correr a buscarlo de nuevo, sabiendo con seguridad que Él se deja encontrar y nos ilumina con la luz de su resurrección.
Hermanos y hermanas, esta es la esperanza más grande de nuestra vida: podemos vivir esta existencia pobre, frágil y herida, aferrados a Cristo, porque Él ha vencido a la muerte, vence nuestras oscuridades y vencerá las tinieblas del mundo, para hacernos vivir con Él en la alegría, para siempre. Hacia esa meta, como dice el apóstol Pablo, también nosotros corremos, olvidando lo que se queda a nuestras espaldas y proyectándonos hacia lo que está por delante (cf. Flp 3,12-14). Apresurémonos, pues, a salir al encuentro de Cristo, con el paso ágil de la Magdalena, de Pedro y de Juan.
El Jubileo nos llama a renovar en nosotros el don de esta esperanza, a sumergir en ella nuestros sufrimientos e inquietudes, a contagiar con ella a quienes encontramos en el camino, a confiarle a esta esperanza el futuro de nuestra vida y el destino de la humanidad. Y por eso no podemos aparcar el corazón en las ilusiones de este mundo ni encerrarlo en la tristeza; debemos correr, llenos de alegría. Corramos al encuentro de Jesús, redescubramos la gracia inestimable de ser sus amigos. Dejemos que su Palabra de vida y de verdad ilumine nuestro camino. Como dijo el gran teólogo Henri de Lubac, «debe bastarnos con comprender esto: el cristianismo es Cristo. No es, en verdad, otra cosa. En Jesucristo lo tenemos todo» (Las responsabilidades doctrinales de los católicos en el mundo de hoy, Madrid 2022, 254).
Y este “todo”, que es Cristo resucitado, abre nuestra vida a la esperanza. Él está vivo, Él quiere renovar también hoy nuestra vida. A Él, vencedor del pecado y de la muerte, le queremos decir:
“Señor, en la fiesta que hoy celebramos te pedimos este don: que también nosotros seamos nuevos para vivir esta perenne novedad. Límpianos, oh Dios, del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos, cada mañana, con ojos asombrados al ver los colores inéditos de ese amanecer, único y distinto a todos los demás. […] Todo es nuevo, Señor, y nada se repite, nada es viejo.” (cf. A. Zarri, Quasi una preghiera).
Hermanas, hermanos, en el asombro de la fe pascual, llevando en el corazón toda esperanza de paz y de liberación, podemos decir: contigo, Señor, todo es nuevo. Contigo, todo comienza de nuevo.
FRANCISCO

400 años de la fundación de la Congregación de la Misión

       Desde el 25 de enero de este año 2025 hasta el 25 de enero del próximo 2026, vamos a celebrar el 400 aniversario de la fundación de la Congregación de la Misión (Misioneros Paúles). Va a consistir un tiempo especial donde la memoria agradecida del pasado nos lance a vivir el presente con realismo y el futuro con esperanza e ilusión, bajo el lema: “Buena Noticia y Caridad”. La Congregación de la Misión fue fundada por san Vicente de Paúl, el gran santo de la caridad, el 17 de abril de 1625. San Vicente se dio de bruces con la miseria, la marginación, la exclusión social, el abandono pastoral y la ignorancia religiosa del pueblo pobre y sencillo de la ciudad y del campo. Se planteó “hacer algo” para remediar tanto dolor y sufrimiento, y se rodeó de un pequeño grupo de sacerdotes que, al poco tiempo, se convirtió  en una Congregación. Pertenece a las “Sociedades de Vida Apostólica”  y está vertebrada por el carisma vicenciano que se despliega en Misión y Caridad.

En julio de 1704 llegaron a España los primeros misioneros Paúles a Barcelona. Hoy está representada  en nuestro país por dos provincias canónicas: Provincia de Zaragoza y Provincia de San Vicente  de Paúl-España.

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Ver la página WEB del 400 Aniversario de la fundación de la Congregación de las Misiones

Campaña del Enfermo 2025: “En esperanza fuimos salvados” (Rom 8,24).

.Haz Click en el cuadro de la Campaña del enfermo para ver toda la información

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De la Bula del papa Francisco convocando el Jubileo 2025, Spes non confundit. La indulgencia permite descubrir cuál ilimitada es la misericordia de Dios.

No sin razón en la antigüedad el término “misericordia”  era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites. El sacramento de la penitencia nos asegura que Dios quita nuestros pecados. No hay mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él, experimentando su perdón. Por eso, no renunciemos a la confesión sino redescubramos la belleza del sacramento de la sanación y de la alegría, la belleza del perdón de los pecados. Sin embargo, como sabemos por experiencia personal, el pecado deja huella. Por lo tanto, en nuestra humanidad débil y atraída por el mal, permanecen los efectos residuales del pecado. Estos son removidos por la “indulgencia, siempre por la Gracia de Cristo. La indulgencia, pues, es una experiencia personal intensa de la misericordia y el perdón de Dios.  Hay que motivar el deseo de obtener la indulgencia como don de gracia. CONDICIONES GENERALES: Recibir el sacramento del perdón (se puede recibir en los días o semanas siguientes), participar de la Eucaristía comulgando (o en otro acto litúrgico de las Horas, rosario, vía crucis…), orar por las intenciones del Santo Padre, siempre con la oración del padrenuestro, la profesión de fe y la invocación a santa María. Misa Dominical, enero 2025
 
Ver completa BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO ORDINARIO DEL AÑO 2025
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           ¿Qué es un jubileo? Es un tiempo santo de alegría, una vuelta a Dios y encuentro con Cristo. Momento para el perdón y la reconciliación que nos lleva a transformar la vida y la repone. Nos impulsa a cambiar el corazón y transformar el mundo según el plan de Dios. El papa Bonifacio VIII en el año 1300 convocó el primer jubileo que llamó Año Santo. La periodicidad fue primero de 100 años, después de 50 y posteriormente cada 25 años. En el principio la peregrinación obligaba a la visita a las basílicas romanas. Después se añadirían el signo de la puerta santa y el alcanzar las indulgencias.

Haz Click par más Información de la Diócesis sobre el año Jubileo 2025

Carta pastoral sobre el Año Jubilar 2025

El obispo de la diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha escrito una Carta pastoral con motivo del Jubileo 2025.

Aquí puede leer y/o descargar la Carta, que lleva por título La luz de la esperanza, y también el Decreto del obispo sobre el Jubileo 2025 que incluye el anuncio de los templo jubilares en nuestra diócesis. 

Haz Click par más Información de la Diócesis sobre el año Jubileo 2025

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PARROQUIA SAN VICENTE DE PAÚL

· ASOCIACIÓN MEDALLA MILAGROSA (AMM): Tendrá su reunión  el lunes, 21 de abril, a las 17:30 horas.

· GRUPO DE VIDA ASCENDENTE: Se reunirán el martes, día 22, a las 18:00 horas.

· ASOCIACIÓN MEDALLA MILAGROSA (AMM): El Consejo Diocesano re reunirá en los salones parroquiales el miércoles, día 23, a las 17:30 horas.

· CONFERENCIAS SVP: Tendrán el REPARTO el 22 de abril, cuarto martes de mes.

· GRUPOS QUE PREPARARÁN LA ORACIÓN EL PRIMER LUNES DE MES: Asociación Medalla Milagrosa (AMM), pastoral de la Salud, Conferencias SVP, Grupo de Vida Ascendente, Renovación Carismática, Liturgia, catequistas.

PARROQUIA SANTA LUISA DE MARILLAC

· ATENCIÓN CÁRITAS: Los lunes de 17:00 – 18:15 horas.

 

NOTICIAS DE LA DIOCESIS DE CANARIAS

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La Catedral de Canarias acogerá el funeral por el papa Francisco el martes 29 de abril

El obispo de la diócesis de Canarias, Mons. José Mazuelos, ha anunciado la celebración del funeral por el eterno descanso del papa Francisco. La Misa tendrá lugar el martes 29 de abril, a las 19.00 horas, en la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias.
La Eucaristía será presidida por Mons. José Mazuelos y concelebrada por el presbiterio que se sume a la celebración, en una muestra de comunión y oración por el Santo Padre.
Tras esta celebración diocesana, las parroquias de la diócesis podrán organizar, si lo desean, celebraciones litúrgicas en los diferentes templos.
Mons. José Mazuelos anima a todos los fieles diocesanos a unirse a esta celebración, ya sea de manera presencial en la Catedral, o a través de la retransmisión en directo que ofrecerá la Diocesana de Canarias por sus canales oficiales de radio y YouTube

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Las diócesis canarias recuerdan y agradecen la preocupación del papa Francisco por la situación migratoria

En un gesto de cercanía y profunda sensibilidad, el papa Francisco dirigió una carta a los obispos de las diócesis de Canarias y de la diócesis de Tenerife, con motivo de la compleja y dolorosa situación migratoria.  En la carta, fechada el 3 de noviembre de 2023, el Santo Padre reconoce el sufrimiento de quienes llegan a las islas en busca de un futuro mejor y agradece la respuesta solidaria del pueblo canario, animando a seguir siendo testigos de esperanza y caridad en medio de una realidad que interpela profundamente a la sociedad y a la Iglesia. El papa Francisco recuerda, además, la llamada evangélica a acoger, proteger y sanar, evocando la figura del Buen Samaritano como modelo de compasión activa. A continuación, reproducimos íntegramente  la carta como signo de agradecimiento al Santo Padre por su compromiso y preocupación por la situación migratoria:

Se presenta la campaña de la Renta 2025: ‘Línea 105 Xtantos’

Bajo la premisa de que la Iglesia está cerca de ti, aunque no siempre la veas, se han organizado más de 60 itinerarios en España para mostrar el impacto que tiene marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta.
La ‘Línea 105 Xtantos’, en referencia al número de la casilla de la Iglesia en la declaración, refuerza el compromiso de una Iglesia de puertas abiertas que sale al encuentro de todas las personas.
En la web “linea105xtantos.es” se puede hacer la inscripción hasta el 10 de abril para participar en los recorridos locales y también conocer la experiencia que han vivido 15 personas en una primera ruta desarrollada en Valladolid.
Marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta es una decisión libre que no tiene coste alguno para el contribuyente.